
Que las comparaciones son odiosas nos lo han repetido a todos cientos de veces, lo que nunca nos han explicado es porqué, ni tampoco de qué terrible forma nos afectan.
Las comparaciones están instauradas en nuestra vida de una forma patológicamente masiva. Prácticamente todo el mundo catogoriza cualquier evento como positivo, negativo y neutro.
Ahora vamos a pasar a evaluar cada una de estas catastrofes tan naturales.
Lo más común es que evaluemos la mayoría de los eventos como Neutros, por esto empezaremos por aquí. Neutro es solo una forma cognitiva de decir "lo de siempre", "no prestes atención, no lo merece", "Otra vez..." y como consecuencia lo que sucede es que dejamos pasar desapercibido un sin fin de experiencias que te podrían haber hecho sentir mejor. Por ejempplo, ¿cuantas veces estás comiendo pensando en lo que vas a hacer a continuación o viendo el telediario, sin disfrutar de las sensaciones de tu boca?
Puede parecer poca cosa, pero la mayoría de los eventos, son "neutros" si no les prestas atención, tu vida pasa.
Los negativos parecen estar muy claros, cuando pienso por ejemplo, que en una competición de tenis he perdido, me siento frustrado, triste, enfadado... Tal vez hasta me olvide de que mientras jugaba podría haber estado disfrutando. Lo mismo sucede en tus proyectos laborales y en las discusiones de pareja. Nos olvidamos de disfrutar y de intentar hacerlo lo mejor posible sin importar el resultado.
Finalmente las comparaciones positivas, son las más dificiles de entender, ¿porqué habrían de ser malas, cuando me hacen sentir tan bien? Si cojemos el ejemplo del trabajo lo veremos claro. Entrego un proyecto que resulta ser un éxito, me comparo, y pienso que "soy mejor que los demás", "mi proyecto ha sido el mejor, no podría ser de otra manera" y cosas por el estilo. Si nos creeemos esta sarta de pantominas, es facil que con el tiempo nos creamos mejores al resto, al final la comparación en positivo es una trampa del Ego, y cuando me agarro a una cosa que no existe, lo que sucede es que me acabo cayendo de morros. Acabaré pensando que soy el mejor, y si en otro proyecto no gano, sentiré vergüenza, culpa, o rabia. Si simplemente hubiese disfrutado del trabajo deportivamente sería más feliz y además trabajaría mejor.
En efecto numerosos estudios han demostrado que las personas que se enfocan al éxito (comparandose consigo mismos o con los demás) tienen como compensación un menor numero de éxitos. Mientras que aquellas personas que se enfocan al trabajo consiguen mejores resultados, además de una mayor sensación de satisfacción.
¿Y tu, te enfocas al éxito o a el trabajo?
Manuel Camino,
Tu psicólogo favorito en el centro de Valencia.